Yo soy de los que piensan que los brotes verdes sí que existieron pero que alguien los pilló y se los fumó y ya nunca más volvimos a saber de ellos.
Recuerdo que con catorce años cuando empecé el instituto había un chaval en mi clase del que me hice amigo y que se fumaba todo lo que pillaba. Había un poco de campo pegando al instituto y durante el descanso del recreo muchas veces íbamos allí. Me acuerdo que este amigo mío de instituto siempre me decía – José, si encuentras una nueva margarita dámela porfa que me la fumo -. Yo alucinaba, pero cada vez que veía una nueva margarita de colores (que había muchas por allí) la cogía y se la daba –gracias, José esta nunca me la había fumado antes- me respondía. Con ojos como platos, veía como se sacaba un papelillo del bolsillo, echaba un poco de tabaco en él, añadía parte de la margarita desmenuzada, lo encendía y se lo fumaba. Mientras daba sus primeras caladas siempre decía – ¡puaff!, no sabe muy bueno, coff, coff, coff, pero parece que pega, coff,coff, coff, nunca lo había probado antes, coff, coff, coff -. Finalmente a la cuarta o quinta calada lo solía tirar.
Yo alucinaba más que él viendo como se fumaba aquellos canutos, pero él no lo hacía por locura extraña sino que simplemente tenía una teoría que llevaba a la práctica, aunque antes era necesario pasar por el laboratorio para experimentar.
Básicamente pensaba y me decía que no tenía dinero para porros pero que después de mucho pensar había encontrado una solución para su problema (el de no tener dinero para porros) y que consistía básicamente en ir probando todas las plantas, flores y brotes verdes que encontrase hasta dar con el definitivo, uno que supiese bien y colocase. De esta manera ya no necesitaría nunca más dinero para porros, pues ya tendría todo un mercado de brotes verdes disponible, gratis y en abundancia, sólo debía encontrar la margarita o el brote verde adecuado.
Finalizó el curso y aún no había encontrado su brote verde maravilloso y mágico que solucionase todo su problema económico. Tampoco en años sucesivos.
Con el gobierno anterior oímos por primera vez hablar de los brotes verdes y nuca más se supo. Con el gobierno actual volvimos a oír hablar de los brotes verdes y también nunca más se supo.
¿Y yo me pregunto?, ¿no será cosa de mi antiguo amigo del instituto …?.
Creo que dentro de España hay mucha gente que vive en ‘Rajolandia’.
‘Rajolandia’ es un país maravilloso e inexistente, donde todo va bien y donde todo el mundo es feliz y le sonríe la vida.
Lamentablemente en España hay otras personas que no viven en ‘Rajolandia’, sino en el mundo real, duro y cruel debido a la enorme crisis que llevamos arrastrando hace ya unos siete añitos largos.
Situación que lleva a la desesperación de muchos, como quizá a este turolense del que hemos sabido hoy a través de las noticias y que ha empotrado su coche contra la sede del PP en la calle Génova de Madrid.
Foto cortesía de “numanzaa” at FreeDigitalPhotos.net